Falafel de garbanzo con salsa de yogurt

Una de las recetas más populares del Medio Oriente, a la que no podrás resistirte. Quizás, la has visto en la carta de algún restaurante especializado en comida oriental y es que, en los últimos años, se ha extendido por todo el mundo. Esto hace que podamos encontrar distintas variantes en su preparación.

Tradicionalmente el falafel es una croqueta a base de habas, garbanzos o una combinación de ambas. Lo que la distingue de otras, es que tantos las habas como el garbanzo no se cocinan, simplemente se remojan en agua hasta que se ablandan y luego se los trituran junto con especias. Originalmente son fritos y, siendo sinceros, así quedan más ricos y sabrosos. Pero si no eres amigo de las frituras, puedes cocinarlos al horno, seguirán conservando ese olorcito especiado que los identifica.

Elaboración

1. Remoja los garbanzos en abundante agua durante 24 horas, para que puedan ablandarse lo suficiente y poderlos triturar. Si no dispones de suficiente tiempo, puedes remojarlos en agua hirviendo durante 6-8 horas. Pasado este tiempo escúrrelos, lávalos nuevamente con agua y vuelve a escurrir.

2. Calienta un poquito de aceite de oliva en una sartén y saltea la cebolla a fuego medio durante 5 minutos hasta que esté traslúcida. Añade la zanahoria rallada y continuar salteando 4 minutos más, agrega un poco de agua si las verduras se pegan a la sartén.

3. En una licuadora coloca los garbanzos escurridos, el diente de ajo picado, el perejil fresco picado, el cilantro fresco picado, la pimienta negra, el comino, la canela, la nuez moscada, la sal y el bicarbonato. Tritura a velocidad baja durante 1 minuto, luego destapa y rebaña las paredes para mezclar bien todos los ingredientes. Vuelve a triturar durante 1 minuto a velocidad media. La mezcla no tiene que quedar perfectamente triturada, sino que se tienen que notar los trocitos de garbanzo.

4. Vacía la mezcla en un tazón grande y agrega las verduras salteadas. Añade ½ taza de pan rallado y mezcla con una cuchara hasta obtener una textura uniforme. Prueba y ajusta los sabores con un poco más de especias y de sal, si fuera necesario.

Cubre el recipiente con una envoltura de plástico y refrigera durante 1 hora.

5. Con la mezcla reposada, ya puedes empezar a preparar tus croquetas. Moja un poco tus manos y haz pequeñas bolas ligeramente aplastadas, cúbrelas nuevamente con pan rallado.

6. Calienta abundante aceite de oliva en una sartén para freír (ten mucho cuidado de que el aceite no humee). Cuando esté caliente, fríe los falafels durante 4-5 minutos moviéndolos hasta que estén dorados. Sácalos con una espumadera y colócalos en un plato sobre papel absorbente.

7. Si no deseas consumirlos fritos, puedes hacerlos en el horno. Utiliza una bandeja con papel parafinado para evitar que se peguen. Precalienta el horno a 180° y cocínalos durante 15-20 minutos.

SALSA DE YOGURT
Pica en trocitos pequeños la menta. Agrega todos los ingredientes en un bol y revuelve con ayuda de una cuchara. Tendrás lista tu salsa de yogur para acompañar los falafels, ahora solo te queda degustar este fantástico plato.