Si piensas que no son relevantes para ofrecerlas en tu negocio, son un producto más en tu cartera, no son claves para aumentar tus ingresos o, que no debes prestarles atención porque su consumo permanecerá igual, esto es para vos.
Vamos a revindicar esta mala fama.
Después de lo que te contaremos, vas a pensártelo dos veces antes de decir no a las legumbres. Te darás cuenta que lo que creías hasta ahora no era verdad, y estarás un paso adelante de tus competidores porque sabrás lo que ellos no del tema. A partir de ahora, no faltarán en tus depósitos.
Afirma que se trata de una comida asequible al bolsillo y fundamental como sustento básico en numerosos rincones del planeta. No es extraño que se conozcan como: “la carne del pobre”, por su alto valor nutritivo y bajo costo.
Podemos encontrar diferencias de precios según sus variedades, marcas, calidades y tipos de presentación. Pero, en general, todos se mantienen reducidos. Como sabemos que pueden llegar a ser muy accesibles para tu compra como para el bolsillo de tus clientes, te retamos a que averigües sus precios mayoristas y de venta al público ¿Te animás? Luego nos cuentas que te parecieron.
Compararemos ahora sus rendimientos en relación a su principal sustituto animal: la carne. Te tocará elegir al ganador de este combate.
x 1kilo
• Porción recomendada: 60 gramos aprox (1/2 taza de té).
• Rinde: 16 porciones.
x 1kilo
• Porción recomendada: 60 gramos aprox (1/2 taza de té).
• Rinde: 16 porciones.
x 1kilo
• Porción recomendada: 60 gramos aprox (1/2 taza de té).
• Rinde: 16 porciones.
x 2 kilos
• Rinde: 5 porciones.
x 1kilo de cuadrada fileteada
• Rinde: 10 porciones.
x 1 kilo de costeletas
• Rinde: 5 porciones.
Pero (porque siempre hay un pero), para que esto suceda, es importante tener en cuenta las recomendaciones de almacenamiento:
• No olvidar la REGLA DE ORO ¿Cuál? “Conservar en un lugar fresco y seco». Evita la humedad y el exceso de calor (temperaturas mayores de 25º). De lo contario, podrán ser atacadas por larvas o los famosos gorgojos, esos pequeños que caminan y realizan orificios en ellas.
• Protegerlas de la luz directa del sol evita que se oxiden y pierdan su color.
• Si te encuentras en una zona con muchos insectos, introduce una cabeza de ajo entre ellas para evitar su ataque.
Extraen el nitrógeno de la atmosfera (un gas de efecto invernadero) y se lo proporcionan al suelo. Esto remplaza la necesidad de agregar fertilizantes en los cultivos y evita las futuras emisiones de óxido nitroso (otro gas invernadero y 300 veces más potente que el dióxido de carbono). Por esa razón, tienen una baja huella de carbono.
Producen una serie de compuestos que alimentan a los microbios del suelo y benefician su salud. Después de cosecharse, dejan residuos de cultivos ricos en nitrógeno proporcionando nutrientes para el próximo cultivo.
Aumentan la materia viva y la actividad microbiana del suelo. El cultivo intercalado con las legumbres incrementa la diversidad y crea paisajes variados para animales e insectos, aumentando la resiliencia de los ecosistemas. Con un cultivo intercalado, se obtienen suelos con potencial de absorción de carbono más elevado que los sistemas de monocultivos.
Además de consumir poca, la extraen desde una profundidad más baja, dejando agua en la superficie del suelo para la cosecha del año siguiente. Muchos cultivos de legumbres se adaptan a ambientes de sequías.
Al destinar sus sobrantes para la alimentación del ganado reducen las emisiones de los rumiantes.
Fuente: FAO
Hasta 100% de garbanzos, lentejas y alubias blancas.
Instantáneas, congeladas, mix de legumbres.
De poroto negro, alubia blanca, garbanzo o lenteja,
(como suplemento de harinas convencionales)
Legumbres horneadas, tostadas o fritas: chips de lentejas o porotos blancos, garbanzos tostados, etc.
Bebidas y batidos para deportistas
Hoy en día, contamos con una variedad de recetas con legumbres sea para el desayuno, el almuerzo, la merienda, la cena o como colaciones entre comidas. Con ellas, podemos preparar desde los platos más comunes hasta los más inusuales que te imagines. Conocerlos, hará que cuando se lo cuentes a tus clientes no las dejen de lado y las incorporen a cualquier hora, haga frio o calor.
Locros, guisos, estofados, paellas, ensaladas, hamburguesas, albóndigas, croquetas, empanadillas, hummus, cremas, sopas, buñuelos, lasañas, fideos, tacos, tartas, tortillas, pizzas.
Helados, mermeladas, tortas, muffins, waffles, pancakes, crêpes brownies, galletas. cremas.
Licuados y leches naturales.
Son buenas para todos: desde bebés (a partir de 1 año) hasta personas mayores.
Celíacos, vegetarianos y veganos pueden incluirlas en sus dietas.
Trascienden cualquier religión y pueden consumirse en todo el mundo.
Fuente: Jesús Contreras “Antropología de la alimentación” 1993:38
De 2-3 veces mayor al de los cereales y más que cualquier otro vegetal. Al combinarse con cereales o nueces, mejora la calidad del aporte cumpliendo con la cantidad de aminoácidos esenciales que el cuerpo necesita.
Principal fuente de proteínas en muchos regímenes alimenticios.
En su forma natural, son de los alimentos que menor sal aportan, teniendo en cuenta los requerimientos diarios de este mineral.
Contribuyen a mantener limpio y sano el intestino. Evitan el estreñimiento, la acumulación de toxinas en el organismo, favorecen el tránsito intestinal y aumentan el volumen de las heces. Reducen el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
Sus cantidades de lípidos son insignificantes y corresponden a ácidos poliinsaturados o “grasa buena”.
Aportan entre 260-360 kcal/100gramos.
Saludables para el corazón.
Una opción apta para celíacos.
Demoran más en descomponerse en nuestro cuerpo, en comparación a los carbohidratos simples (azúcar común, por ejemplo). Proporcionan energía durante más tiempo, evitan los picos de glucosa, controlan la ansiedad o sensación de hambre y aumentan la producción de bacterias buenas para un intestino sano.
Buenas para prevenir la anemia. Al combinarse con vitamina C permiten restablecer tus reservas de hierro, fundamental para el transporte de oxígeno a todo el organismo.
Aumentan la saciedad, estabilizan los niveles de azúcar en sangre, reducen los triglicéridos y mejoran el colesterol bueno. Protege de desarrollar diabetes.
Contribuyen a mantener la salud de huesos y dientes, prevenir la osteoporosis y caries.
Ricas en vitaminas A, C D, E y K. Destacan por su contenido de ácido fólico y antioxidantes que ayudan al organismo en el mantenimiento y creación de todas las células, en el buen funcionamiento de las neuronas y la salud del sistema digestivo.
Diversos estudios indican que pueden ayudar a prevenir enfermedades como: el cáncer, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, diabetes, obesidad, infecciones, problemas renales y digestivos, ¡Son un verdadero superalimento natural!
Preferencia por alimentos que reducen el uso de recursos naturales, sus emisiones de residuos y contaminantes.
Expertos a nivel mundial, recomiendan incorporar más legumbres como parte de la dieta para luchar contra la crisis climática.
Las legumbres son un alimento sostenible que protegen el medio ambiente ¿Por qué? Vuelve a la razón n°3.
Los vegetales continuarán escalando posiciones a nivel mundial. Los jóvenes como los millennials y la generación X, están adoptando una alimentación eminentemente vegetal.
Según un estudio realizado en 2019 para conocer qué consumen los argentinos, el 78% señaló a los vegetales como alimento infaltable de cualquier heladera.
No podemos olvidar dentro de este grupo a las nutritivas y sabrosas hortalizas conocidas como ¡legumbres!
Los consumidores buscan productos con fines médicos o preventivos, que atiendan las preocupaciones relativas a: salud, bienestar y envejecimiento saludable.
Las legumbres aportan numerosos beneficios para nuestra salud y ayudan a prevenir enfermedades. Esta, es la razón n°6 de la lista.
Existen más de 600 millones de vegetarianos en el mundo (y en aumento). Este año, las búsquedas en Google relacionadas al vegetarianismo han crecido un 90%. El vaginismo también está en auge, este 2019 fue considerado el “año de lo vegano”.
Nuevas figuras como los realfooders, abogan por comer alimentos naturales y evitar los ultraprocesados.
Las legumbres son la elección favorita de veganos y vegetarianos por su aporte proteico. Por lo natural y nutritivas son elegidas por los realfooders.
Los alimentos vegetales ricos en proteínas son cada vez más demandados y tienen un futuro brillante. Las fuentes tradicionales de proteínas animal, crecen en críticas por sus impactos negativos al medio ambiente.
Las legumbres son las mayores fuentes de proteína vegetal y brindan un aporte proteico completo al combinase con cereales o semillas.
Comer limpio es ingerir alimentos naturales, sin procesar y libres de conservantes. Si buscas ‘comer limpio’ en Instagram, hay más de 37 millones de resultados. ¡Y no para de crecer!
Se ha comenzado a utilizar el etiquetado limpio, en productos con ingredientes simples y procesamiento mínimo.
Aquí, las legumbres juegan un papel muy importante por ser 100% naturales.
En si no son las responsables del alto nivel calórico de los platos. Lo son los acompañamientos de ese plato, como pueden ser el chorizo, la morcilla, la costilla, refritos… además del tamaño de la ración que se consuma.
Aportan: proteínas, vitaminas del complejo B y minerales (hierro, magnesio, zinc). Además, poseen alto contenido de fibra alimentaria.
Contienen hidratos de carbono complejos de digestión lenta, por lo que liberan glucosa en sangre paulatinamente. Además, al contener fibra alimentaria, esta se liberará más lentamente. Por tanto, los diabéticos pueden tomarlas sin ningún problema.
Si comparamos la composición de ambos alimentos, comprobaremos que el valor nutricional es similar.
Crudas aportan de media por cada 100 gramos, tan solo 3 gr de grasa y mayoritariamente son ácidos grasos insaturados que aportan beneficios.
Aunque su consumo se asocia a platos típicos del invierno, también pueden ser consumidas en verano en: ensaladas, acompañadas de hortalizas, verduras, junto a proteína animal (atún, pollo, pavo, etc.), o en forma de cremas.